El paraje MADRIGAL se encuentra en tránsito entre la comarca natural de La Mancha y la comarca del campo de Montiel, a 720mts. sobre el nivel del mar en un terreno con suaves pendientes. Un viñedo de la variedad AIRÉN plantado a principio de los años 60, en estricto secano y con la típica poda manchega. Viñedos que fueron injertados a mano con la selección y sabiduría de los que se dedicaban a la vid como medio de vida. Por el tipo de suelo y condiciones climáticas, se puede asegurar que ha sido ecológica desde la plantación y con certificado desde 2013.

El suelo es diferente, con abundante caliza y canto rodado en superficie, franco arenoso con arcilla.

Buena floración y un verano fresco en comparación con la media de otros años, pero seco como es habitual en la zona. La uva entró en bodega a final de septiembre en cajas de 15 kgs., pasó por mesa de selección de racimos a depósito para una maceración prefermentativa durante 24 horas. Posteriormente, por sangrado (sin prensa) se trasegó el mosto a otro depósito para la fermentación a baja temperatura.

Tras la fermentación con nuevo trasiego pasa 2 meses en tinaja de barro de 4500 litros y posteriormente otros 4 meses en depósito de acero inoxidable hasta su embotellado. Este vino ha tenido una clarificación natural, siguiendo con la filosofía de mínima intervención. Con el tiempo se podría apreciar cierta turbidez que en ningún caso afecta a la calidad del vino.

En VISTA Amarillo pajizo con reflejos dorados.

En NARIZ tiene buena intensidad, con carácter varietal, destaca el recuerdo de plátano, fruta blanca (manzana y pera) acompañado de hierbas de infusión (manzanilla) y un toque mineral (canto rodado).

En BOCA es untuoso, denso, con acidez media que va increscendo. Hay un toque salino que aporta sabor y potencia el paso por boca. En retrogusto, vuelven los recuerdos de la fase olfativa, principalmente la fruta blanca,, la manzanilla y el hinojo aportanto un carácter balsámico final

Gastronomía: Precisamente su limpieza y carácter material es ideal para la gastronomía mediterránea. en platos fríos como el ajoblanco. Ensaladas con queso de cabra y pasas o con ahumados. También podemos buscar el contraste con unas buenas anchoas del cantábrico y mojama de atún. Por supuesto con pescados y mariscos.