Miembros de la Asociación de Sumilleres de Madrid y restauradores de la capital visitan Bodegas Verum en las jornadas de vendimia organizada para profesionales. Días antes visitaba la bodega y los viñedos Jesús Flores.
En tiempo de vendimia, unas bodegas se cierran a cal y canto, y, otras, abren sus puertas para mostrar su trabajo sin complejos, con el convencimiento de que tanto el cuidado de las viñas que se ha realizado durante todo un año, como la selección de la uva con vendimia manual en cajas, doble selección en bodega de racimos y granos y proceso de fermentación puede mostrarse sin complejos, aun cuando los mostos, en proceso de convertirse en vino se muestran desnudos, donde las virtudes no resaltan tanto como sus defectos.
Coincidiendo con ésta señalada fecha, la bodega organizaba la primera jornada de vendimia orientada a profesionales de la restauración y sumilleres. En ésta ocasión los invitados provenían de la asociación más importante y numerosa de España, como es la Asociación de Sumilleres de Madrid que preside Javier Gila.
La visita, dirigida por Elías López, director técnico de Bodegas Verum, pretendía mostrar el trabajo y procesos que se desarrollan en bodega en época de vendimia como la selección de la uva, la fermentación de los mostos, unos en depósitos de acero inoxidable, y otros en las novedosas barricas Roc Cuve. Los sumilleres, con gran formación sensorial tuvieron la ocasión de catar en primicia, los mostos de la cosecha 2013, donde comprobaron que las altas expectativas de la bodega no son sólo palabras. Merlot, Cencibel (tempranillo), Gewürztráminer, Sauvignon Blanc… mostos que tuvo ocasión de catar días antes el maestro de todos ellos, y de 20 generaciones de sumilleres D. Jesús Flores, premio nacional de gastronomía entre otros reconocimientos.
La visita continuó en la sala de alambiques, donde se destilan los mejores vinos con los que se elaboran los premiados aguardientes de uva Verum: Sauvignon Blanc, Tempranillo, Airén de hierbas y Gewürztráminer.
La tercera parte de la visita consistió en un recorrido por la cueva de crianza de la bodega donde además de los vinos Verum, envejecen holandas de vino (base del brandy) algunas datadas en el año 1912.
La visita terminó en una comida de hermanamiento en los viñedos propiedad de Bodegas Verum, que al igual que la cueva, conserva otro de los patrimonios históricos de la ciudad como son los “Bombos”. Construcción rural tradicional a base de piedras calizas que provenían del propio viñedo cuando se preparaba para su cultivo.